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La Mina de los que nunca van a ser Grandes

Publicado: 2009-09-27

¿Qué es lo que hace que los peruanos vivan fabricando fantasías? Como otra producción de la gran sangre, la policía se enfrentó a inicios de la semana con los trabajadores de la irresponsable Doe Run Perú. En la Oroya existe desde hace mucho una nube gris por la contaminación ambiental, económica y moral. ¿Qué sabe Ira Rennert, dueño de Doe Run, de llevar plomo en la sangre como los niños y jóvenes que crecen en el pie de la mina contaminante? Nada, porque lleva los bolsillos llenos de billetes gracias a la explotación en suelo peruano, un suelo al que no respeto.

La Oroya es un lugar inhabitable y marcado por un drama social. Su pueblo vive y muere al mismo tiempo gracias a la minería. La gente solo trabaja para la minera y su único sustento es el trabajo minero, la limitada paga y el escaso aire puro que queda. ¿Es entonces posible qué no estén manipulados estos trabajadores y no salgan a bloquear carreteras como lo vienen haciendo desde julio para evitar un cierre justo y necesario? Hoy el gobierno requiere dar una  ejemplar sanción a una empresa que no cumple con sus responsabilidades, se ríe del PAMA, y encima manipula a la gente presionándola a protestar lavándoles la cabeza del “sin mí te hundes porque todos te van a olvidar, como siempre”.

¿Cuál es el pecado de Doe Run Perú e Ira Rennert? Cerrar por muchos años con excedentes de millones de dólares y no invertir o gastar en un programa de no contaminación ambiental; fuera de comprar una empresa de lujo de automóviles en los EE.UU. en pleno escándalo de mitad de año. Bueno, entendamos que esta empresa miente y manipula como lo quiso hacer publicando, en un solo número de Caretas del mes de agosto, 5 páginas de publirreportaje autoreventándose flores por míseros avances en tantos años de gran facturación. Que tiene dinero, lo tiene. Sino no hubiera podido pagar cada página de Caretas cotizada en 13 mil 200 soles cada una. 

 Doe Run es la prueba evidente que nuestro país necesita un marco legal sólido que regule la producción minera y permita un desarrollo social real, no utópico. Colombia es un ejemplo patente de la solidez de una responsabilidad social empresarial capaz de desarrollar proyectos desde económico-sociales hasta culturales.

¿Por qué el Estado tuvo que mantener al sinvergüenza Doe Run, que “por culpar a la crisis” y no por la irresponsabilidad de los accionistas, decía quebrar por falta de financiamiento?  A esa mina poco le importa el crecimiento de los peruanos, esos que parecen que nunca van a ser ricos porque el mercantilismo chantajista lo demuestra.

 

Hoy hay un policía muerto por los enfrentamientos y un triunfo de la minera con sabor a “prórroga” para el cumpli“miento” del PAMA. El Congreso quiso aparecer en escena política siempre de forma imprudente. Sabemos que muchos quedarán sin empleos ya que al menos con esos miserables sueldos sobrevivían; pero sabemos también que es la verdadera oportunidad para poner mano dura a una empresa que atropella a los ciudadanos, a sus derechos de un lugar digno de vida, y a la conservación natural del planeta. No puede tener más poder una manifestación manipuladora que  el mismo ser del derecho. Sino señor García: ¡El Perú no avanza!

 

 


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La Quijada

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