Mientras se pronunciaba un mesiánico y suizo mensaje presidencial de Siestas Patrias y un estrafalario premier cubría portadas, en una de las entidades más delicadas, la pericia aprista hacía de la soñada anti corrupción una utopía.

Aquel viejo dicho que se cantaba en las casas de las fraternidades apristas hace algunas décadas atrás “Solo el APRA salvará al Perú” es un grito que hoy se hace más afónico. Porque las obras lo dicen. Perdón, no lo dicen. Disculpe, estimado lector; las obras apristas hablan pero no de cosas buenas. No sólo porque don Alan García se vanagloria de kilómetros de electrificaciones que él no ha hecho, sino las manos y el sudor de la inversión  privada y la cooperación extranjera; sino porque también promete una descentralización con una inclusión social,  cuya actual radiografía tiene un difícil panorama nacional lleno de Gobiernos Regionales plagados por apristas (que no se pelean el trabajo sino que lo relegan, y que muestran una capacidad increíble para devolver presupuestos por no ejecutar obras que el pueblo necesita). No sólo por eso el APRA NO salvará al Perú.

Hoy la Estrella gobernante también cuenta con tropezones políticos que no se perdonan, como la mala gestión con el (des) Gobierno Regional de Puno que enfrenta desde hace dos años muertes traídas por las oleadas de frío, la designación de un Premier que tiene empresas fantasmas y la reciente – y no menos trágica- renuncia del vicepresidente de la Contraloría y del secretario de la misma. Los petroaudios, las licitaciones oscuras de Alva Castro, el fatídico paro amazónico, el lobby por la venta de gas de Camisea, la desactivación a la ONA y otra compañía de desgracias forman el firmamento estrellado del gobierno actual.

Por qué Don Carlos Lezameta Escribens, ex vicepresidente de la Contraloría de la República, dura dos semanas en el cargo y renuncia. Cuál es el motivo por el que a esa renuncia se suma la de Ricardo Salazar Chávez, ex secretario de la Contraloría. La respuesta: desacuerdo con el asesor aprista del Contralor, abogado, y antes empleado de congresistas apristas y asesor de comisiones del Congreso, así como la de Alto Nivel de la APEC, y otros cargos en el Poder de Justicia. Manuel Vásquez Sialer ha solicitado Memorándums firmados a nombre del Contralor pidiendo información confidencial de investigación sobre casos como los de Petroaudios, los estudios en el exterior de Keiko, los descontroles del alcalde aprista de Nuevo Chimbote, Valentín Fernández.

Vale entonces en un país, herido por la corrupción y la ineficaz lucha contra ella, que renuncien dos altos funcionarios por no aceptar las irregularidades de asesor aprista que tiene denuncias por  estafa y descuido familiar, e incluso una sospecha de acoso sexual a una despedida empleada de la Contraloría. ¿Qué esperan para echar a este aprista a una cárcel y dejar que aquellos que pueden hacer algo por un país mejor lo hagan? Responda señor contralor: ¿El APRA todavía puede salvar el Perú?

 Frank Córdova

Crisis en Contraloría EL COMERCIO