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La divina tragedia

Publicado: 2009-08-02

Repaso de las ganzadas de Alan. Por si piensa volver a postular en el 2016 o por si piensas volver a votarlo.

No solo los recursos parecen estar escaseando en Gobierno, parece que las ideas también. Pero cómo de estratégicos pasos se pueden dar tan de pronto trompicones. Las estrellas no parecen brillar en el firmamento político, que cada vez más se pone color hormiga.

Pienso que cuando estalló la crisis de “la Aceitada y el Faenón” una de las mejores decisiones que se pudo tomar fue nombrar a un Yehude como Premier. No sólo enfriabas la situación colocando en el Poder a un político que gozaba de credibilidad, sino que respaldabas una gestión que lucharía contra la corrupción – que ya había implicado hasta al tío George-, y argumentabas una descentralización colocando a una persona con amplia experiencia en trabajo regional y en políticas de consenso, vital cuando tenías más de un paro en la puerta del horno.

Yehude no solo sirvió al APRA como una respuesta eficaz, correcta y apropiada sino que se quemó políticamente por lo que tuvo que enfrentar y defender con fiel espíritu de abnegado combatiente. Era entonces, después de lo de Bagua, un candidato menos para las elecciones presidenciales que se avecinan. Después de aquella designación, como peruano y comunicador, que veía que las cosas comenzaban a pensarse, esperaba mucho más del Gobierno… Pero pasó eso que siempre pasa con las estrellas, su luz se extingue al amanecer.

A los meses Velásquez Quesquén era Presidente del Congreso y sus aptitudes y actitudes quedaban al margen de la iniciativa de apertura e imagen de seriedad y profesionalismo del Congreso. Pero como de ese grupo político no se espera mucho, no podíamos soñar tanto. Un Congreso que se lavó las manos, y mandó al camarín los decretos que a los dos días hizo estallar el grito amazónico  como respuesta a la indiferencia política, dice mucho de su Presidente. Ese es el hoy condecorado Premier. ¿Inteligente elección? Acaso un García con una popularidad tan caída podía darse el lujo de nombrar a otro aprista con un CV como ese, y que se autodenominó mediocremente como un coordinador entre los poderes del Estado. No sólo se dio el lujo, sino la imprudencia de hacerlo. Y como plus le cae el premio de un Alva Castro que demostró no sólo incapacidad para licitar patrulleros sino para resolver conflictos como el Moqueguazo.

Ahora resulta que García está construyendo en el Topos Uranos penales para reos en la Selva, poniendo al Charapa Ministro de Justicia en aprietos. Parece que los tropezones no sólo son producto de la poca reflexión, sino de la mala suerte. Sino que los confirmen don Bieto en pijamas y el tour de Rómulo. Si algo aprendí en mis aulas de la Historia es aquello que decía Cándido: Este es el mejor de los mundos posibles. En este país hay que vivir para contarlo, aunque en los tiempos de García siempre sea más prudente decir: Sobrevivir para recordarlo.

Frank


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La Quijada

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